Escribir no es solo juntar unas letras con otras; se trata de una tarea mucho más compleja que requiere habilidad, una buena capacidad de síntesis, claridad de ideas y, por supuesto, un buen dominio del lenguaje, así como de las normas ortográficas y gramaticales.
Si no tenemos soltura al manejar las palabras y no poseemos amplitud de vocabulario, nuestros textos tendrán un resultado pobre, además de que sudaremos sangre para construir frases y párrafos sin repetir términos (uno de los errores más recurrentes en las malas redacciones). La buena noticia es que existe algún que otro recurso útil para agilizar tu escritura, para ayudarte a ampliar tu vocabulario, para, en definitiva, hacer más fácil esta tarea. Yo soy una gran defensora de los diccionarios en línea, puesto que en ellos realizo las búsquedas con mucha mayor celeridad y, además, puedo consultar varias fuentes a la vez sin acabar asfixiada bajo una montaña de tomos sobre mi escritorio.
Aparte de este recurso, hay dos páginas que siempre tengo abiertas cuando estoy escribiendo: una es la de la Real Academia Española, en especial su Diccionario panhispánico de dudas (donde se puede encontrar información amplia sobre muchas palabras), y otra la de la Fundación del Español Urgente. Esta última para mí es imprescindible, no me canso de apoyar y elogiar la labor encomiable que llevan a cabo.
Por supuesto, no solo basta con apoyarnos en buenos recursos, sino que hemos de tener claros algunos aspectos que no pueden faltar en una buena redacción. Por si aún no lo has leído, quizá te interese este artículo que escribí hace algún tiempo: Redactar para que te lean.
Y vosotros, ¿en qué recursos soléis basaros para agilizar y mejorar vuestra escritura? Gracias por compartir.