¿Qué es un libro?

Posted by on Feb 11, 2014 in Autoedición/autopublicación, Publicación | 5 comments

¿Qué es un libro?

«¡Valiente pregunta!», estaréis pensando algunos. Basta con irnos al tan socorrido diccionario de la RAE  y leer, entre otras acepciones: «todo impreso no periódico que contiene 49 páginas o más, excluidas las cubiertas». ¿Suficiente? Para mí no. ¿No creéis que más allá de esta definición general hay otra serie de valores, históricos y culturales, asociados al concepto «libro»? Voy a reflexionar sobre este tema que, desde hace un tiempo, me preocupa bastante.

 

Hasta hace algunos años, un libro se convertía en tal después de que un editor decidiera que una obra que le llegaba poseía la calidad suficiente como para que mereciera la pena apostar por ella, invertir en las muchas tareas que conlleva el proceso de edición y sacarla a la luz con la publicación de una tirada más o menos elevada. Estamos hablando de que necesitábamos al editor para que hubiera libro. Sin su decisión, sin su confianza, millones de ideas se quedarían en los cajones, llenas de polvo, olvidadas, ocultas, acomplejadas por no haber pasado la gran criba, descansando por fin tras lo que quizás hubiera sido una larga y penosa travesía de editorial en  editorial. Podría ser que nunca hubieran visto la luz las obras de Borges, a quien algunos editores extranjeros le dijeron que era totalmente intraducible; o de Joyce, que también recibió negativas de editoriales que calificaron su Ulises como obsceno.

 

Por otra parte, contamos también con ejemplos muy antiguos de escritores que apostaron por su idea y publicaron su obra autofinanciándose: el mismo Borges pagó la edición de Fervor de buenos aires y Lewis Carroll se hizo cargo de los gastos de Alicia en el país de las maravillas. Por tanto, si no teníamos editor, pero sí disponíamos de dinero para hacer frente a ciertos gastos, parece que sí podía haber libro. Sigamos…

 

Una de las novedades que más está sacudiendo al sector editorial es el ya archiconocido, por los que nos movemos por estos lares, fenómeno de la  autoedición (si estás despistado, quizás pueda ayudarte esta entrada). Han surgido, surgen y surgirán multitud de plataformas que permiten a los escritores independientes cumplir sus sueños de convertir sus ideas en libros. La mayoría de estas opciones son gratuitas, por tanto, no hay editor, no hay dinero, pero sí hay libro. Parece que avanzamos. O no.

 

Cuando el editor era la principal opción o alguien pagaba por el proceso, los libros que llegaban a nuestras manos tenían una portada y maquetación profesional (más o menos dependiendo del tipo de edición y editorial), así como un contenido filtrado, casi sin faltas de ortografía (permitidme el “casi”, ya que pocos libros quedan exentos de los inevitables errores). Me refiero a esos libros que algunos valoramos como piezas culturales únicas y especiales; ya sean técnicos (principales vías de entrada del  conocimiento y el saber) o ventanas a otras realidades y a poderosos mundos de fantasía sin los que seríamos más pobres; menos libres; estaríamos más limitados… Independientemente del tema sobre el que versaran o de la historia que contuvieran, los libros, históricamente, se han considerado ejemplos a seguir; siempre he oído que se aprende a escribir leyendo; que las faltas de ortografía desaparecen leyendo…

 

En este punto, mi reflexión me lleva a las siguientes preguntas: ¿qué características entendemos que ha de poseer un libro?; ¿puede (o debe) este carecer de corrección, de calidad, de un aspecto profesional? La falta de estos tres valores es, sin duda alguna, la gran marca que estigmatiza a la autoedición. Continuamente leo multitud de opiniones que afirman rotundamente que este fenómeno es igual a mediocridad; que desaconsejan a los autores adentrarse en este mundo asegurándoles un inevitable desprestigio; que le dan la espalda casi sin conocer el alcance real de este fenómeno. Yo estoy en absoluto desacuerdo y no solo porque haya autoeditado mi libro como primera opción, sin ni siquiera haberme planteado enviárselo a una editorial; sino porque gracias a las redes sociales he conocido y descubro cada día a autores independientes que son geniales, grandes escritores, valientes, luchadores… y sí que nos ofrecen obras de calidad que, quizás, jamás hubiéramos conocido si dependiéramos de una editorial.

 

Por supuesto, también hay muchas sombras oscuras, tal vez demasiado opacas. Sin ir más lejos anoche mismo cerré (y abandoné) un libro bastante mosqueada por la abundancia de falta de ortografías; no es la primera vez. ¿Adónde nos va a llevar todo esto? ¿No se quedará resentida, por el camino, esa cultura a la que pretendemos favorecer eliminando filtros y aumentando la capacidad de decisión del lector? ¿Dejarán de ser los libros esos referentes en los que aprender el mejor uso de nuestra lengua? ¿Se puede, entonces, llamar libro a todo lo que se publica hoy en día?

 

Dejo estas preguntas sin responder, me gustaría que se abriera un debate interesante en el que me dejarais vuestras opiniones y enriquecierais mi perspectiva. En lo único que no solo me mojo, sino que me tiro a la piscina con todas mis pertenencias es en hacer una apuesta alta y clara por la CALIDAD. Una buena portada y maquetación siempre ayudarán con la promoción y nos permitirán encontrar un hueco en el mercado; pero un contenido revisado, con corrección, sin faltas, ¡eso es imprescindible! Si no dominamos la lengua, contratemos a un corrector que revise nuestra ortografía y estilo. Todo no vale, no puede valer, en ningún ámbito de la vida y tampoco en el editorial. Defendamos el valor de un libro; defendamos la cultura; ¡¡apostemos por la autoedición de calidad!!

 

Berta Carmona

 

Agradecimiento a  Frailejons editores por la fotografía,compartida bajo licencia de Creative Commons

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5 Comments

  1. Enhorabuena por la entrada. Somos muchos los que nos indignamos con la poca calidad de algunas publicaciones. Muchas provienen de grandes editoriales, que en teoría cuentan con correctores profesionales. Yo también soy de las que se indignan y escriben a esas editoriales. No siempre reciben con agrado mis correos, pero algunas lo agradecen y se comprometen a una nueva revisión.

    Creo que, en el caso de la autoedición, son pocos los escritores que echan mano de un corrector profesional, no sé si por cuestiones económicas o por confianza en sus conocimientos gramaticales, de ortotipografía, etcétera. Es difícil llegar a estos autores, pero, sin duda, les beneficiaría la calidad que puede proporcionar la corrección profesional.

    Un saludo y gracias.

    • Hola, Teresa. ¡Muchas gracias a ti por dejar tu comentario! Soy consciente de que somos muchos los que compartimos indignación, es imposible sentir otra cosa cuando se tiene amor y respeto por las palabras. Sin embargo, ¿por qué será que esto parece no importar a muchos escritores y editoriales? ¿Verdaderamente todo vale? No sé, como habrás deducido de la entrada, son muchas las preguntas que dejo sin responder… Respecto a la autoedición, está claro que ciertos servicios tienen un coste, pero también lo tiene el no hacer una apuesta clara por sacar a la luz un producto de calidad: el más caro, sin duda, el descrédito y el desprestigio del autor. Gracias de nuevo, ¡saludos!

  2. Totalmente de acuerdo, Berta. Un libro sin un mínimo de calidad no debería ver la luz y hoy en día demasiada gente se salta esto con alegría.

  3. Totalmente de acuerdo con tus reflexiones. El auge de la autoedición es una gran noticia para los autores que intentamos hacernos un hueco en la jungla editorial, pero competimos en clara desventaja con los sellos tradicionales, de manera que si encima no cuidamos nuestras obras estamos condenados al fracaso antes de empezar. No puedo entender que un autor que pretende obtener visibilidad ponga al alcance del público un «libro» repleto de errores y visualmente poco atractivo. Me encontrado con varios casos. Evidentemente, lo único que han conseguido es que los tache de la lista de escritores a seguir.
    Hace unos meses escribí un post con la misma temática en mi blog, poco antes de la presentación de mi primera novela. Lo comparto aquí, por si a alguien le interesa conocer mi opinión más en profundidad: http://wp.me/p369qC-ke
    Un abrazo!

    • Hola, Benjamín. Efectivamente, después de leer tu entrada concluyo que estamos muy de acuerdo. Lamentablemente son muchísimos los libros autoeditados que salen a la luz sin haber pasado un mínimo filtro de calidad y eso, en mi opinión, está perjudicando seriamente al sector. Muchas gracias por pasarte por mi blog y leerme. ¡Un abrazo!

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