
Hoy me apetece charlar un poco con una de esas personas que he aprendido a admirar gracias a su trabajo en Internet y las redes sociales. Benjamín Recacha no solo es un buen periodista y escritor que demuestra el dominio que tiene sobre el lenguaje en cada uno de sus artículos; Benjamín es, también, por lo que deja entrever en sus escritos, una persona comprometida con algunos de esos valores a los que yo le doy tanta importancia y sin los que creo que es imposible conseguir una sociedad saludable. Su primera obra, “El viaje de Pau”, es una buena muestra de ello, y cuando terminé de leerla supe que tenía que invitarlo a este rinconcito del blog donde pretendo asomarme al sector editorial desde diferentes perspectivas.
Hola, Benjamín. En primer lugar, estoy encantada de tenerte una vez más (ya colaboraste con la campaña a favor de una autoedición de calidad) en Ecoescritura. Cuéntame, ¿cómo resumirías, en breves líneas, cuál es el argumento de “El viaje de Pau”?
Antes de nada, Berta, quiero agradecerte que vuelvas a contar conmigo para Ecoescritura y que en esta ocasión sea además para hablar sobre mi primera novela.
Se trata de una historia sencilla, de personas que buscan su lugar en la vida, especialmente Pau, el protagonista, pero no, quizás, el personaje más importante. Él es un hombre de los que en la sociedad actual calificaríamos como “de éxito”, con una existencia cómoda. Sin embargo, cada vez es más infeliz, atrapado por la monotonía y la falta de pasión. Quiere cambiar, dejarlo todo y empezar desde cero, pero no se atreve, hasta que una noche en que conoce a Sandra, una joven vital, se suceden una serie de hechos que lo llevan a dar el paso.
Para no entrar en demasiados detalles, simplemente diré que acabará mudándose a un pueblecito del Pirineo Aragonés, Bielsa, en un entorno natural maravilloso, donde se verá implicado en la búsqueda de un pastor republicano desaparecido durante la guerra civil.
La novela explica, pues, un viaje triple: el desplazamiento físico, el trayecto interior que experimenta el protagonista, y un viaje por la memoria histórica que pretende reivindicar a las víctimas desaparecidas durante la guerra y la represión franquista.
Un aspecto fundamental de la obra es el escenario en el que se desarrolla, siempre presente en el relato: Bielsa, el precioso Valle de Pineta y el espectacular Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, donde he pasado los mejores veranos de mi vida. Siempre supe que mi primera novela sería un homenaje al que para mí es el paraíso en la Tierra.
Como ya sabes, a mí me gustó mucho. Había leído bastante sobre la guerra civil, pero nunca desde la perspectiva desde la que tú cuentas ciertos episodios. Reconozco que me hiciste reflexionar y despertaste mi interés y, aún más, mi conciencia sobre el derecho de las víctimas a lograr algún tipo de justicia. ¿Hay mucha labor de documentación detrás de tu novela?
Es curioso, porque al principio pensaba escribir una novela muy sencilla, ambientada en el Pirineo Aragonés, pero sin implicaciones histórico-políticas. Fue durante el proceso de documentación previa, buscando información sobre la vida de los pastores, que tropecé con la Bolsa de Bielsa. Empecé a leer sobre ello y descubrí que se trataba de uno de los episodios más importantes de la guerra acaecidos en Aragón. Unos 7000 milicianos republicanos aguantaron durante meses el hostigamiento del ejército franquista, sin apenas recursos, hasta que, asumida su inferioridad, decidieron huir a Francia (que había cerrado las fronteras al abastecimiento militar) evacuando previamente, a través de las montañas, a toda la población civil, unas 5000 personas de los pueblecitos de la comarca del Sobrarbe. Fue una operación muy penosa, pero ejemplar, que recibió el reconocimiento de las autoridades republicanas.
Posteriormente, la inmensa mayoría de los milicianos se reincorporaron al frente por Cataluña, mientras que buena parte de los civiles regresaron a sus pueblos, que habían quedado destrozados por las bombas fascistas.
Es curioso, yo había visitado Bielsa durante tres décadas y no tenía ni idea de lo que había pasado allí durante la guerra. Toda esa información era demasiado significativa como para desaprovecharla, así que decidí dotar de mayor complejidad a la novela ambientando parte de la trama en la Bolsa de Bielsa y las semanas posteriores.
La labor de documentación fue entretenida, pero bastante sencilla gracias a que el Museo de Bielsa cuenta con un excelente archivo histórico, tanto de documentos escritos como fotografías, digitalizado y accesible a través de su página web. Además, tuve la suerte de contar con el asesoramiento de su director, José María Escalona, muy implicado en la recuperación de la memoria histórica, para resolver algunas dudas sobre detalles de la época. Aunque no sea una novela histórica, pues la trama y los personajes son ficticios, no quería caer en incoherencias que le restaran credibilidad.
En cualquier caso, y aunque la Bolsa de Bielsa tiene un peso muy importante en el libro, no creo que se pueda decir que ‘El viaje de Pau’ sea una novela sobre la guerra civil. Sí es verdad que, como dices, he intentado aportar un punto de vista diferente a lo que la guerra y la represión posterior significó para mucha gente. Creo que este país está en deuda con las víctimas y aunque desde las administraciones se haya procurado pasar página, la realidad es que tantos años después hay miles de familias para las que aquella pesadilla continúa muy viva. No puedo imaginar lo que debe sentir una persona que lleva setenta años sin saber qué pasó con su marido, su padre, su hijo…, y les siguen negando las respuestas. Las han borrado de la historia, pero esas víctimas existieron y sus restos se encuentran abandonados en algún lugar.
Benjamín, ¿tardaste mucho en escribir “El viaje de Pau”? Algunos de nuestros lectores quizá se estén planteando escribir una novela, pero lo vean como una tarea casi inabarcable que nunca conseguirán culminar, ¿cuál es tu opinión al respecto?, ¿les harías alguna sugerencia para que no desistieran?
En tiempo efectivo tardé unos ocho meses, aunque la empecé varios años antes. Lo que pasa es que después de escribir las primeras páginas dejé el proyecto en stand-by. Nació mi hijo y me volaron el tiempo y las energías, hasta que en diciembre de 2011 me quedé en paro. Fue el momento para retomarlo, así que mientras hacía cursos ocupacionales y mandaba currículos, fui avanzando en la novela. Acabé los cursos, continué en paro, y finalicé la novela en noviembre de 2012.
Escribir una novela requiere de una trama que te motive a profundizar en ella y de mucha constancia. Pero para mí el ingrediente primordial es la pasión. Como en todas las disciplinas creativas, si no hay pasión, el producto final (en caso de acabarlo) quedará cojo. Un libro lo puede escribir cualquiera, pero ¿qué sentido tiene escribir algo que no dejará huella, ni siquiera en su autor?
Evidentemente, tampoco con la voluntad es suficiente. En mi opinión, para escribir una historia que valga la pena previamente hay que haber leído mucho, no manuales de escritura (que los puede haber muy útiles), sino literatura. El mejor aprendizaje es el que se obtiene de los libros. Es bueno tener referentes, modelos no a imitar sino a admirar, que nos ayudarán a completar nuestra propia personalidad como escritores.
Por supuesto, también hay que tener paciencia y capacidad de autocrítica. Hay que estar dispuesto a recibir opiniones negativas y tener la suficiente inteligencia para aprender de las constructivas.
Creo que hace un año que te sumergiste en este difícil y apasionante mundo de la autopublicación. Si pudieras volver atrás, ¿elegirías este camino nuevamente u optarías directamente por buscar una editorial?
Lo elegiría de nuevo. Ha habido momentos difíciles, de duda, porque una cosa que cualquiera que se embarque en esta aventura tiene que tener muy clara es que es absurdo pretender vivir de ello, no al menos a medio plazo. Escribir bien no es garantía de nada, no de vender libros, desde luego.
Ahora bien, en este año largo he aprendido muchísimo. He aprendido cómo funciona el mundo editorial, lo complicadísimo que es vender libros porque llegar a las librerías representa un escollo enorme, lo difícil que es vender libros en formato digital y, en definitiva, lo difícil que es convertirse en hombre orquesta de las letras.
Quien se aventure en la autopublicación tiene que tener muy claro que para lograr visibilidad va a tener que estar muy presente en las redes sociales. Si lo hace bien quizás venda unas docenas de libros en papel y otros tantos e-books. Pero he llegado a la conclusión de que eso no es lo más importante: lo fundamental es conectar con la gente. La única ventaja que tenemos los autores independientes respecto a los apadrinados por las grandes editoriales es la cercanía con el lector. De lo que yo me siento más orgulloso es de las personas que se acercan a mi blog o a mi página de Facebook para ofrecerme su apoyo, darme ánimos para seguir adelante, para decirme lo mucho que les ha gustado mi novela o, por qué no, también para aportar su punto de vista sobre lo que podría mejorar.
Se crean muchas complicidades, y de ahí también pueden surgir oportunidades. En mi caso, por ejemplo, he conseguido un contrato con una editorial brasileña para traducir ‘El viaje de Pau’ al portugués, o que me inviten a participar en Liber 2014.
De todas formas, debo decir que antes de lanzarme a la autopublicación intenté encontrar editorial. No con demasiado ahínco, es verdad, pero el suficiente como para darme cuenta de que esa puerta difícilmente iba a conseguir abrirla.
No sé si con mi próxima novela volveré a probar. Todavía estoy pensándomelo.
Por si alguien no ha leído tu colaboración con la campaña a favor de una autoedición de calidad, ¿podrías resumirnos, en breves líneas, por qué crees que es importante autoeditar con calidad?
Porque es la mejor inversión de futuro que uno puede hacer en sí mismo. La forma en que presentemos nuestro trabajo va a ser decisiva para que el lector se haga una imagen sobre nosotros. Si a mí, como lector, me llega a las manos una obra mal editada, difícilmente volveré a confiar en su autor.
Es nuestra obligación como autores crear obras de calidad, editadas de forma profesional, para contribuir a acabar con esa idea de que la autoedición es el cajón de sastre de la literatura.
Editar un libro es una tarea compleja que no puede hacer cualquiera, por eso cada vez estoy más convencido de que hay que recurrir al trabajo de profesionales para que el producto final sea redondo.
Hace unos meses, en tu blog, comenzaste un experimento (con el también escritor Toni Cifuentes) que a mí me parece fabuloso: el intercambio de reflexiones (a través de cartas) sobre el sector editorial. ¿Qué ha sido, hasta ahora, lo más positivo de esta experiencia? ¿Habéis tenido una buena acogida?
Toni es un escritor magnífico que también busca la manera de asomar la cabeza, aunque de una forma algo distinta. A finales de junio sentía la necesidad de expresar mis inquietudes acerca de la aventura literaria. Podría haberlo hecho con un post más en mi blog, pero se me ocurrió que crear una sección específica en la que compartir reflexiones con otro autor podía ser un ejercicio de desahogo, pero también estimulante. Pensé que podía ser atractivo también para otras personas interesadas en los entresijos del proceso creativo y las “paranoias” de un par de escritores con todo por aprender, y lo sorprendente es que, efectivamente, así ha sido.
Lo más positivo, sin duda, son las nuevas visitas y los mensajes de apoyo a la iniciativa y de agradecimiento. En la última carta, por ejemplo, un chico que era la primera vez que se pasaba por el blog me daba las “gracias por la fe”. Se encontraba en un momento de dudas y leer la carta había significado “un empujoncito para seguir y creer”.
Toni también recibe mensajes parecidos en sus cartas, así que la acogida está siendo estupenda, y me atrevo a vaticinar que irá a más. Medio en broma, medio en serio le digo que tendremos que acabar haciendo un libro.
No quiero quitarte más tiempo, que sé que estás inmerso en la escritura de tu próxima novela. ¿Puedes o te apetece adelantarnos algo? ¿Sabes ya para cuándo podemos esperarla?
Pues sí. Es una historia que toma como punto de partida un suceso muy trágico, a partir del cual el protagonista tendrá que plantearse si tiene sentido recomenzar su vida. Para descubrirlo inicia un viaje durante el cual se irá encontrando con personas que han tenido que superar grandes dificultades, hasta verse involucrado en un asunto bastante feo. Estoy más o menos a la mitad de la novela y espero terminarla antes de final de año.
Es una trama muy coral, con muchos personajes, la mayoría de los cuales tienen apariciones breves. A través del protagonista vamos conociendo las historias de cada uno de ellos, y algunas acabarán entrelazándose. Hay una segunda trama paralela que protagoniza una mujer que ha decidido tomar las riendas de su vida.
He querido escribir una novela donde la fuerza resida en los personajes más que en un hilo argumental concreto (que lo hay), así que el reto es lograr que sean lo suficientemente atractivos para atrapar al lector.
Déjame que te diga que además de este proyecto tengo entre manos una novela gráfica, ‘Memorias de Lázaro Hunter’, que estoy desarrollando junto a mi hermano Fran, un pintor magnífico. He escrito el guion y él la está ilustrando. Está ambientada en el Lejano Oeste y tiene una pinta fantástica.
¡Gracias por todo!
Podéis encontrar «El viaje de Pau» en Amazon (http://www.amazon.es/viaje-Pau-Benjam%C3%ADn-Recacha-Garc%C3%ADa-ebook/dp/B00DGYPQWE/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1411039091&sr=8-1&keywords=el+viaje+de+pau) y en la propia web de Benjamín (http://benjaminrecacha.com/). ¡Espero que os guste!
Berta Carmona
Muchas gracias, Berta, por interesarte por mi trabajo y contribuir a darle visibilidad. Siempre es un placer aparecer en tu blog. Un abrazo.
Gracias a ti, una vez más, por compartir tanto con quienes te seguimos. ¡Abrazos!
Buena entrevista. Sigo las andaduras de Benjamín desde hace tiempo y, además de ser buen escritor, me quedo con lo buena persona que es. No lo conozco en profundidad, pero se entrega con pasión a lo que hace, cree en las personas y les ayuda si está en su mano, y en este mundo virtual (y no virtual) es lo que hace falta. También es un gran profesional, así que no dudo de que encontrará su lugar en el mundo de la escritura. ¡Un saludo!
Hola, Toni, gracias por tus palabras. Cmpartimos la misma impresión sobre la calidad personal de Benjamín, esas cosas se notan, ¿verdad? Detrás de «El viaje de Pau» tiene que haber una persona grande comprometida hasta el máximo con ciertos valores que yo considero fundamentales. Y sí, también estoy de acuerdo contigo en que personas así hacen falta, ¡mucha falta!, de ahí que intente apoyarlo en la medida de mis posibilidades. Un saludo, Toni, y gracias por pasarte por Ecoescritura.
Os advierto que las rondas virtuales de cerveza a las que estoy dispuesto a invitar son limitadas… 😉
¡Qué majos sois los dos!